El mundo del deporte fue pionero en la utilización de un coach. Su exponente principal fue Timothy Gallwey, creador del coaching organizacional, que sostenía que "el oponente que habita en la cabeza del propio jugador es más formidable que el que está del otro lado de la red".
Hoy, tanto empresarios como deportistas o estudiantes, por ejemplo, pueden contactar a un coach para que los guíe en un período o proyecto específico.
El coaching es una disciplina que surgió en la década del 80 como un intento de respuesta a las nuevas problemáticas que enfrentaban directores y gerentes de empresa, que no podían resolver los problemas desde el paradigma de gestión basado en el control y la disciplina organizacional piramidal.
Desde una perspectiva de gestión rígida y autoritaria, la máxima productividad debía ir necesariamente en detrimento de la creatividad, la motivación y la realización personal.
El coaching, entonces, se para en la vereda opuesta. Quienes lo practican consideran que lo importante es intentar generar espacios de comunicación, desarrollo y crecimiento individual para el cumplimiento de objetivos concretos.
Es así como el coach, o el entrenador, es quien, a través de conversaciones planificadas y confidenciales con su interlocutor, oficia de facilitador de esos cambios. "Como coaches hacemos preguntas efectivas y oportunas. Si logramos construir una relación de confianza con el coachee (aprendiz), entonces juntos podremos lograr cambios y transformaciones concretas", manifiesta Teresa Genesín, directora del Posgrado en Coaching y Liderazgo de la Universidad de Belgrano.
"El coach no les dice a las personas lo que tienen que hacer", expresa Marcelo Krynski, director de la Consultora Crear Contextos y autor del libro Ver para crear.
El coach explora, hace preguntas y ofrece interpretaciones", agrega.
"Es el producto de conocimientos adquiridos a lo largo de la historia del pensamiento, en relación con el desarrollo del potencial de los seres humanos. Para esto hubo aportes de diversas filosofías, métodos, teorías y prácticas", manifiesta Claudia Castellanos, directora de Latincoaching.
La coordinadora del Programa de Coaching para el Liderazgo Efectivo de UADE Senior, Mónica Monetti, explica que a través de un proceso de coaching "se logra desarrollar el auto- liderazgo y el liderazgo, la inteligencia emocional, la comunicación efectiva, la automotivación, la transformación de conductas reactivas en conductas efectivas; se amplía la capacidad negociadora; se optimiza la coordinación de acciones, la administración del tiempo, la toma de decisiones y la gestión efectiva de equipos".
Y, como en la mayoría de los problemas, la clave es hablar. Guido Samelnik, director general de GL Health & Coaching Consulting, expresa que el lenguaje es uno de los puntos más importantes en esta disciplina: "Fundamentalmente somos seres lingüísticos; lo utilizamos como punto de partida para producir los cambios que deseamos en nuestra vida y alcanzar los resultados que nos proponemos".
Un ejemplo de buenas prácticas en la empresa
Este es el testimonio de un coach que narra su experiencia en una compañía muy importante. Aquí, el eje fue buscar una buena comunicación.
"Una vez un CEO de una compañía líder nos consultó respecto de sensaciones de intranquilidad que tenía con su equipo de altos ejecutivos.
"Dado que no comprendí cabalmente la demanda, le propuse observar una reunión de equipo gerencial para compartir luego nuestras apreciaciones. Después de una hora de reunión hicieron un pequeño receso.
"En la pausa escuché a dos altos ejecutivos mientras conversaban sobre la rabia que le tenían a otro, por los modos que utilizaba para conseguir cosas que ellos no obtenían.
"Al regresar a la reunión, los observé atónito porque hacían bromas con el ejecutivo del que habían hablado pestes, como si fueran amigos de toda la vida.
"Después de la reunión, el CEO me pidió las apreciaciones prometidas y le dije: Hasta que ciertas conversaciones no se puedan tener en la reunión de directores en esta compañía hay oportunidades que no estarán disponibles .
"El CEO reconoció, en el marco de una conversación de coaching, que él había instalado una política de divide y reinarásque le había dado muy buenos dividendos en el pasado y que ahora se estaba convirtiendo en un boomerang.
"Desde el coaching podemos tratar con efectividad estas cuestiones invisibles que operan en el trasfondo y expandir techos de productividad y de capacidad de logro que se van creando en las organizaciones por perpetuar maneras tóxicas de hacer empresa."
Fuente: lanacion.com.ar
Entre los dimes y diretes de mi alma van surgiendo las locuras que me animan y proponen a vivir en esta vida que no es tranquila y siempre camina...VIVE EL CAMBIO!
martes, diciembre 05, 2017
Emocionalmente inteligentes (PARTE 1)
Quizás en los días pasados nos hayamos subido al pensamiento y opinión colectiva ante el sorteo del Mundial de fútbol del próximo año diciendo frases como: "nos tocó bailar con la más gacha"... "ya valió"... "qué mala suerte"... "ojalá nos hubiera tocado en..." y cientos de memes y frases que pudimos ver en redes sociales.
Hay una frase que me encanta y que creo que le queda como anillo al dedo a esta situación: "Si cambias la forma en que miras las cosas, las cosas que miras cambian". Y no solo la forma de observar o mirar las cosas, si no, la forma de hablarles y relacionarnos con ellas.
Imaginemos que estamos buscando trabajo y llevamos seis entrevistas en diferentes empresas y de todas ellas hemos salido con la sensación de haberla regado: "No supe qué decir en esa pregunta", "De seguro se me notaba todo el nerviosismo", "Jamás me contratarán allí, bastó verle la cara a mi entrevistador", "En aquella otra ni siquiera tengo la mínima oportunidad". Y así, con esta cantaleta en la cabeza de lo que YA PASÓ me dirijo a mi siguiente entrevista. No falta ser analista experto para poder concluir cómo nos irá en la séptima entrevista y así la octava, novena y las que quieras.
Pero OJO, podemos estar pensando que nuestro bajo rendimiento se debe a factores externos a nosotros como la mala fe de otras personas, el contexto, la suerte, el clima y cientos de cosas más, incluidos nosotros mismos con latigazos de culpabilidad como no soy bueno para... no soy adecuado... no tengo suerte en...
Volviendo al caso ejemplo de la Selección Mexicana creo que lo vivimos muy parecido... y notemos lo siguiente: VIVIMOS ATADOS AL PASADO y desde allí vaticinamos mágicamente nuestro FUTURO:
- Como NUNCA le hemos ganado a Alemania...
- Como JAMÁS hemos pasado de la segunda ronda...
¿Y qué jodido no? No podemos hacer algo distinto porque "mentalmente" nos atamos al pasado de un forma desastrosa... cambia de ámbito y es la misma cantaleta: No podemos tener un país justo porque nuestra historia siempre ha sido de corrupción... No podemos ser un país de primer mundo porque siempre hemos tenido gobernantes que nos llevan en otra dirección... No puedo creer que exista un oficial de tránsito honesto porque siempre me he topado con lo contrario... Nos CREAMOS mentalmente un FUTURO basados en la estadística, que si bien nos sirve de aprendizaje, no es, o al menos, no debería de ser limitante.
Podemos tener la técnica adecuada, la mejor estrategia, las mejores herramientas; más esto no es nada si no tenemos INTELIGENCIA EMOCIONAL; es decir, si no nos ubicamos emocional y mentalmente en generar éxito, el éxito jamás vendrá. Si nuestra mente y nuestras emociones se apoderan de nosotros saltaremos a "la cancha" del juego de nuestra vida sabiéndonos "poca cosa", viviendo de los comentarios de otros, y vaticinando una derrota, incluso ya con la excusa prefabricada del por qué no pudimos.
4 de 10 características de las personas emocionalmente inteligentes.
A manera de querer desarrollar por mi parte, lo que ya muchos han desarrollado, considero que una persona emocionalmente inteligente cuenta con las siguientes características, sin embargo, esta lista, como muchas otras, es incompleta y variará según el punto de vista que le demos.
Una persona emocionalmente inteligente...
- Vive en conexión con su Pasión.
Sabe distinguir muy bien entre las cosas que le gustan y las que le funcionan, dado que para lograr sus metas en muchas ocasiones habrá que hacer cosas que no le gustan, más paga el precio que sea necesario cuando su pasión es más grande que cualquier cosa.
Algunas preguntas para sabes si estás conectado con tu pasión serían: ¿tu actividad diaria te satisface?, ¿disfrutas lo que más haces todos los días?, ¿eso que haces te hace sentir plenitud?, ¿te gusta compartir con otros, te enorgullece lo que haces?, ¿te rodeas de personas que también viven su pasión?
Una persona conectada con su más grande pasión es una persona que día con día se levanta a vivir la aventura de su vida abierto a lo que suceda; sabiendo que lo constante en la vida es el cambio, el movimiento, las subidas y las bajadas... cosas todas que tienen que ver con el siguiente punto.
- Vive en el presente.
Lo único que tenemos, que realmente tenemos en nuestra vida, es el momento presente. Nada más y nada menos. Toda nuestra capacidad de acción se reduce al segundo que estamos viviendo en el ahora. Una persona emocionalmente inteligente sabe que el pasado le funciona de aprendizaje y el futuro lo ve con ambición, con cara de sueños o de metas por cumplir; más al mismo tiempo es consciente que este segundo que vive puede ser el último que viva; por lo tanto, desde la perspectiva segura de la muerte lo que elige es VIVIR.
Lo que pasó ya pasó... podremos recordar, conmemorar y honrar aquello que ya sucedió. Más también podemos irnos por el camino del RE-SENTIMIENTO... Vivir en el pasado es vivir atado a lo que ya no es que quiero que siga siendo por alguna razón. ¿Cuál es el precio a pagar? Perdernos el presente que tenemos. Poca o mucha cosa no vivir nuestro presente es sinónimo de NO VIVIR.
La base de todo conflicto y sufrimiento humano es vivir fuera de nuestro presente. Porque así como podemos resentir la alegría que tuvimos también podemos seguir sufriendo, culpándonos, castigándonos por lo hecho en el pasado...
El tiempo no se puede perder dado que es un mero concepto, lo que se pierde es la vida. Perdemos vida al estar pensando en el miedo que me da la reunión que tendré mañana que aún no tengo y que por lo tanto no existe más que en mi cabeza. Perdemos vida al centrarnos en todos los hubiera de nuestra vida, al reprocharnos y autocastigarnos por aquello que juzgamos que hicimos mal. Perdemos vida al soñar sin planear y convertir esos sueños en metas; que si bien no puedo controlar porque son parte de mi futuro, si puedo emprender acciones desde mi presente para lograr lo que quiero y deseo.
La persona emocionalmente inteligente definitivamente es una persona que SUELTA EL CONTROL que muchos pretendemos tener. Es consciente del ahora, se libera de expectativas y emprende una vida emocionalmente fascinante ya que no sabe lo que sucederá mañana. Solo sabe lo que está sucediendo AHORA y eso lo disfruta.
- Honra su palabra, es fiel a sí mismo.
¿Cuántas veces hemos dicho que SÍ, queriendo decir que no? Al hacer esto lo que se compromete por completo es nuestra dignidad, no la que tenemos por el hecho de ser seres humanos, si no la que nos toca a nosotros mismos construir.
Nuestra palabra será VALIOSA si la respetamos como tal. Y creo que va más allá del hecho de sostener una promesa hecha a otros o a nosotros mismos, llega a ser incluso parte de la forma en que CREAMOS el mundo que vivimos.
Si soy fiel a mí sabré dónde estar, con quién estar, qué hacer y qué no hacer. Pudiera ser difícil saberlo, es aquí cuando el SILENCIO nos apoya, cuando la MEDITACIÓN o cualquier medio para conectarnos con nuestro ser nos apoya a saber qué significa ser fieles a nosotros mismos.
En lo personal el método que uso es conectar con mi NIÑO INTERIOR desde mi ser adulto. Sentirme y saberme con la responsabilidad del cuidado, protección y elección de lo mejor para ese niño. Es así cuando se decir que NO cuando es NO y que SÍ cuando es SÍ. ¡Y claro que aún así puedo equivocarme y no tomar la elección adecuada! Claro que aún así puedo seguir rompiendo promesas, seguir cayendo y seguir fallando. Más una persona en inteligencia emocional también tiene a la mano el poder de pedir PERDÓN y perdonar. Se reconoce como un ser PERFECTO en su IMPERFECCIÓN.
Nuestra PALABRA (pronunciada o no) tiene un profundo nivel de CREACIÓN. Más esto lo desarrollo en puntos adelante.
Nuestra palabra será VALIOSA si la respetamos como tal. Y creo que va más allá del hecho de sostener una promesa hecha a otros o a nosotros mismos, llega a ser incluso parte de la forma en que CREAMOS el mundo que vivimos.
Si soy fiel a mí sabré dónde estar, con quién estar, qué hacer y qué no hacer. Pudiera ser difícil saberlo, es aquí cuando el SILENCIO nos apoya, cuando la MEDITACIÓN o cualquier medio para conectarnos con nuestro ser nos apoya a saber qué significa ser fieles a nosotros mismos.
En lo personal el método que uso es conectar con mi NIÑO INTERIOR desde mi ser adulto. Sentirme y saberme con la responsabilidad del cuidado, protección y elección de lo mejor para ese niño. Es así cuando se decir que NO cuando es NO y que SÍ cuando es SÍ. ¡Y claro que aún así puedo equivocarme y no tomar la elección adecuada! Claro que aún así puedo seguir rompiendo promesas, seguir cayendo y seguir fallando. Más una persona en inteligencia emocional también tiene a la mano el poder de pedir PERDÓN y perdonar. Se reconoce como un ser PERFECTO en su IMPERFECCIÓN.
Nuestra PALABRA (pronunciada o no) tiene un profundo nivel de CREACIÓN. Más esto lo desarrollo en puntos adelante.
- Acepta sus emociones.
¿Todas? Sí. ¿Incluidas las negativas? No existe cosa tal. Más ese es tema para desarrollar en algún otro punto. El caso que muchos hemos aprendido que hay emociones que DEBEMOS encerrar en el calabozo de lo prohibido y jamás expresarlas o mostrarlas a los demás y en ocasiones hasta con nosotros mismos.
Un persona conectada con su inteligencia emocional sabe que puede venir a su presente cualquier tipo de emoción y por lo tanto la recibe tal como es. Pareciera tan fácil como hacer chilaquiles, pero a algunos ni los chilaquiles nos salen. ¿Así que cómo se hace esto?
Aquí no puede haber un paso a paso o una lista de cómo hacerle para aceptar todas nuestras emociones y usarlas a nuestro favor. No hay mejor manera de aprender a nadar que metiéndose a la alberca y mejor aún si nos metemos a la alberca acompañados por alguien que ya le sepa a esto del nadado y nos vaya compartiendo su experiencia, que OJO, puede ser muy distinta a la nuestra.
Nuestras emociones siempre provienen de lo que pensamos y una vez las sentimos nos conducen a una acción determinada. Si creo que lo que me está sucediendo es injusto naturalmente vendrá a mí la emoción del enojo y las acciones que vengan probablemente irán encaminadas a hacer justicia, a reclamar, a hacer valer mi voz y mi dignidad. ¿Más que pasa si he crecido en un contexto en donde aprendí que el enojo es "malo" o genera "rechazo" de los otros y lo que yo quiero es aceptación? Entonces vendrá la situación que creo injusta, vendrá el enojo naturalmente y mi acción será reprimirlo y tragármelo... por lo tanto no reclamaré, mi voz no se escuchará y mi dignidad bien, gracias.
Las emociones siempre vendrán a enseñarnos y darnos grandes lecciones y aprendizajes... más si las reprimimos estarán potencialmente haciendo una bomba que explotará de diversas formas que por lo general me afectarán a mí primero.
Quizás no estoy en el contexto adecuado para expresar mi tristeza, de acuerdo. Entonces decido ponerla a mi servicio siendo genuino, expresando libremente que estoy triste, que mi energía es baja, que quiero o tengo ganas de llorar. Créeme que en muchas ocasiones el hecho de expresar una emoción en ves de ocultarla resulta mucho más benéfico y útil para muchos.
Hasta aquí por hoy.
Emocionalmente inteligentes (PARTE 2)
Nuestras emociones siempre provienen de lo que pensamos y una vez las sentimos nos conducen a una acción determinada. Si creo que lo que me está sucediendo es injusto naturalmente vendrá a mí la emoción del enojo y las acciones que vengan probablemente irán encaminadas a hacer justicia, a reclamar, a hacer valer mi voz y mi dignidad. ¿Más que pasa si he crecido en un contexto en donde aprendí que el enojo es "malo" o genera "rechazo" de los otros y lo que yo quiero es aceptación? Entonces vendrá la situación que creo injusta, vendrá el enojo naturalmente y mi acción será reprimirlo y tragármelo... por lo tanto no reclamaré, mi voz no se escuchará y mi dignidad bien, gracias.
Las emociones siempre vendrán a enseñarnos y darnos grandes lecciones y aprendizajes... más si las reprimimos estarán potencialmente haciendo una bomba que explotará de diversas formas que por lo general me afectarán a mí primero.
Quizás no estoy en el contexto adecuado para expresar mi tristeza, de acuerdo. Entonces decido ponerla a mi servicio siendo genuino, expresando libremente que estoy triste, que mi energía es baja, que quiero o tengo ganas de llorar. Créeme que en muchas ocasiones el hecho de expresar una emoción en ves de ocultarla resulta mucho más benéfico y útil para muchos.
Hasta aquí por hoy.
Emocionalmente inteligentes (PARTE 2)
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Hablando de Responsabilidad
Por Leo Farías
Asumir responsabilidad es comenzar a crear tu propio estado de conciencia, es crear momento a momento todo aquello que está disponible para que cada ser humano dibuje y diseñe su propia vida, entendiendo, aceptando y observando la responsabilidad como el espacio de poder que todos los seres humanos tenemos disponible.
Asumir responsabilidad es comenzar a crear tu propio estado de conciencia, es crear momento a momento todo aquello que está disponible para que cada ser humano dibuje y diseñe su propia vida, entendiendo, aceptando y observando la responsabilidad como el espacio de poder que todos los seres humanos tenemos disponible.
Hoy hablar de responsabilidad es comenzar a crear una nueva posición desde donde pararse en el mundo, teniendo presente que cada acto que realizamos es absoluta responsabilidad de quien lo lleva adelante.
“Eres 100% responsable de todo lo que causas y generas en tu vivir “, partiendo de este postulado podemos acercarnos a llevar adelante una vida que nos genere espacios de aprendizaje y más aún, podemos darle a nuestra historia una conversación que nos permita crecimiento y conciencia para convertirnos en artífices de nuestro propio camino de evolución.
YO SOY 100% RESPONSABLE de todo lo que CAUSO Y GENERO en mi vida.
Observar la vida desde la responsabilidad, es acercarse a lo que bien decía Mahatma Gandhi: “Se el cambio que quieres ver en el mundo”, parados desde este lugar la responsabilidad nos permite, tomar riesgo, crear, adueñarse de los resultados obtenidos, salir de la queja, pedir, ofrecer, mirar el mundo tomando plena conciencia que todo lo que genero tiene que ver como mi mirada, con mi interpretación de los hechos y con mi accionar.
Es aquí donde nuestro modelo del observador se acerca para hacerme responsable del cuerpo con el que me muevo en el mundo, la emoción que permito me atrape y las conversaciones en las que me planto para diseñar presente, momento a momento.
Cada espacio de mi andar por este mundo está ligado a la responsabilidad con la que me muevo momento a momento, como ser humano estoy navegando en un sentir que me puede llevar a vivir desde la victima o desde la responsabilidad.
A que nos referimos al mencionar la palabra “victima”, Decimos que también es un lugar desde donde pararse, desde donde mirar la vida, en esta posición no hay lugar para el poder (capacidad de acción efectiva) ni para la libertad.
Quien desde allí habita, echa culpas, juzgando a los demás por aquello que no ha realizado y que en ocasiones le genera pérdidas importantes que lo dejan parado en el resentimiento y la frustración profunda.
No existe la super-victimizacion o la super-resposabilidad, es más simple que eso. El espacio es mucho más corto, conciso y claro desde nuestro mirar, ir creando vida desde la victima sea poco o mucho el espacio en el que me paro allí, es condenarme a ver la vida desde la mirada de otros y entender que son otros lo que hacen que mi vivir no me genere satisfacción, disfrute, gozo, alegría y muchas más emociones que me conducen a accionar en busca de algo que quiero o elijo para mí.
En cambio operar desde la responsabilidad, sabiendo y tomando conciencia que soy creador de mis resultados minuto a minuto, me va a permitir entender como, donde y cuando requiero modificar mi ser en el mundo para generar algo que me dé el resultado que busco.

Miremos este simple y claro ejemplo; examen de la secundaria, el aprendiz llega a la casa con una nota que no le da aprobación según el régimen escolar, entonces el diálogo con su madre, padre o persona que esta cargo del joven es:
- ¿Cómo te fue en el examen? - La profesora/docente me puso un dos (2)
Mismo caso, aunque en esta ocasión el joven es “aprobado” con un 9.
- ¿Cómo te fue en el examen? - ¡¡¡Me saque un nueve (9)!!!
Con este corto ejemplo queremos mostrar como el ser humano ha aprendido a hacer responsables a otros de sus resultados, cuando estos resultados no son los que les favorecen o buscan.
Ver y operar desde la responsabilidad, es entender y concientizar que lo que llega a nuestra vida ha sido creado y causado por mí, esto me permite aprender y hacerme dueño de mis resultados me gusten o no, me beneficien o no, me sumen o no. Nada llega por casualidad o en forma inocente, todo llega desde los principios universales de causa y efecto, en definitiva cosechamos lo que sembramos y como todo es ley del universo y el universo todo lo ve…. Todo llega!!!
Ver y operar desde la responsabilidad, es entender y concientizar que lo que llega a nuestra vida ha sido creado y causado por mí, esto me permite aprender y hacerme dueño de mis resultados me gusten o no, me beneficien o no, me sumen o no. Nada llega por casualidad o en forma inocente, todo llega desde los principios universales de causa y efecto, en definitiva cosechamos lo que sembramos y como todo es ley del universo y el universo todo lo ve…. Todo llega!!!
En el arte del coaching debemos apoyar y apoyarnos haciendo las siguientes preguntas ante un hecho que nos causa dolor, tristeza, resentimiento y sobre el cual nos sentimos victimas.
- ¿Qué no pedí u oferté eficazmente por lo cual ocurrió este hecho que tanto me dolió?
- ¿En qué dominio (trabajo, escuela, familia) o a quién sigo echando culpas?
- ¿Qué logro/genero con esto?
- ¿Qué espacio de aprendizaje se abre para mí a partir de veme en esta situación/quiebre como parte causante y generadora del mismo/a?
En tiempos de evolución, de trascendencia, es importante comenzar a crear un vivir desde esta lugar, mirar responsable, es mirar con dignidad, estar disponible y abierto a aprender de nuestros experiencias, sabernos creadores de nuestra vida, actores principales, jugadores titulares, eso nos trae de la mano liviandad, calma, seguridad y fundamentalmente, un gran recinto para la sanación del alma.
En definitiva, poder pisar la pelota (balón), observar el juego y con la frente alta seguir construyendo nuestro día a día y no permitir que el balón nos tape, nos hunda y nos ancle en el resentimiento, la resignación y el profundo sufrimiento.
Leo Farías
Coach Ontológico Profesional
Argentina
Coach Ontológico Profesional
Argentina
La fascinante ternura.

En nuestro camino hemos aprendido a amar y a ser amados, así como también seguramente hemos aprendido lo contrario: a reprimir el dar amor y el dejar que otros nos amen. Hace unos días escuché en una conferencia que la ternura es la emoción que nos brinda esencialmente seguridad, y así lo creo, la ternura amigos míos es el primer paso para sentir y por lo tanto brindar seguridad; y fíjense ustedes en aquel pequeño niño que acaba de caer y ante el golpe rompe en llanto; la mamá, maestra en la ternura, lo que hace es abrir sus brazos, crear un espacio de ternura, de apertura que lo que genera no es otra cosa que seguridad en la vida de ese pequeño: “aquí puedes estar seguro”.
Los invito, antes de continuar leyéndome a recordar esos espacios de seguridad en nuestra vida. Quizás provienen de mamá, quizás de papá, quizás de un buen amigo, de una persona cercana, de un psicólogo, de tu propia pareja. ¿Ya lo recuerdas? Eso que sentiste en ese abrazo y en esa zona de seguridad se llama ternura y desde allí es que quiero que reconectemos y reaprendamos el profundo significado que tiene la presencia y la ausencia de la ternura en nuestras vidas, en nuestras familias, en nuestra cultura y sociedad.
Desde mi impresión, y esto lo digo porque no es mi afán tener la razón, el juicio de la ternura como una emoción débil y enemiga de la lógica y de la razón nos ha llevado a crear espacios de aprendizaje que nos alejan de lo que en esencia somos: seres humanos creados en el amor. Más allá de nuestra cultura y nuestras raíces, más allá de nuestra historia y nuestras experiencias; fuimos creados en el amor. Más pareciera que conforme fue pasando el tiempo aprendimos que el amor no se demuestra, que el amor es solo para románticos, que el amor solo es para la pareja, que el amor es para las mujeres, que el amor no entra en la oficina, en el trabajo, en la empresa, que el amor es… un sinfín de expresiones que demeritan el acto de amar a otras personas. Incluso en nuestro lenguaje se demuestra este hecho diciendo solo “te quiero” en vez de decir “te amo” o declarando en plural para que no lo tomen tan personal: “se le quiere”, “le queremos”.
La ternura no solo es la emoción que genera seguridad, es la emoción que abre más posibilidades en nuestro presente; ya que de ella emanan la empatía necesaria para comprender y legitimar al otro ser humano como ser humano; emana la comprensión, el acompañamiento, las ganas genuinas de escuchar al otro dejando de lado lo que quiero que me diga y escuchando de verdad lo que tiene por decir; la ternura es la emoción que genera apertura, disponibilidad, entrega, servicio desinteresado. La ternura, esa emoción tan acribillada, es la emoción que mueve al mundo en un camino de paz y de justicia, de solidaridad y entusiasmo; es la emoción que crea vínculos, mueve hacia lo imposible y hace que reverdezcan las relaciones desérticas; es la antesala del perdón y el camino de la felicidad.
En nuestras familias quedan pocos espacios para vivir y habitar en la ternura y son pocos no porque no los haya, sino porque no los generamos. Hemos perdido culturalmente los espacios de conversar cara a cara, de tener una real conexión con el otro ser humano. Vivimos en la era más “conectada” de la historia de la humanidad y somos la generación que vive en menos conexión unos con otros. Más este no es un espacio de recriminar ni señalar, este quiere ser un espacio de abrir posibilidades, de sembrar en ti que me lees, el deseo de abrir un panorama que quizás habías olvidado o habías dejado de lado.
Un buen padre/madre aporta lo necesario para que su hijo (a) tenga todo para crecer, realizarse, etc. Sin embargo, un padre fascinante, en palabras de Augusto Cury, es aquel que no solo aporta, si no que conecta con las emociones de su hijo (a), que genera confianza, que habla de tal manera que su hijo escucha y escucha de tal forma que su hijo habla y conversa de aquello que lleva dentro. Si quieres que tus hijos te tengan confianza empieza por tenerles confianza tu a ellos; comienza por contarles que hoy no tuviste un gran día, a contarles que aún no juntas para pagar la renta o cualquier recibo y esto no con el afán de preocuparlos, sino con la intención de hacerlos parte de tu vida. Confiar en tus hijos no solo se traduce en que creas que no te van a mentir, va más allá, es saber que ellos también tienen la capacidad de escucharte y aportarte una nueva y distinta mirada. ¿Qué tanto saben de tu infancia tus hijos?, ¿saben de aquello que más te molestaba de tus papás?, ¿conocen lo que más te dolió de cuando tenías su edad?, ¿saben lo que te ponía más feliz, lo que te hacía brincar de entusiasmo? La ternura genera estas conversaciones, crea espacios de diálogo en donde el ser vulnerable está permitido dado que es un espacio seguro y protegido.
La ternura no deja de lado los límites, mejor dicho, es también la ternura la que los pone. La expresión de la ternura también se ve cuando sé decir que NO, cuando sé decir BASTA, cuando sé decir YA NO MÁS DE ESTO. Porque es allí donde con ternura, me amo a mí mismo y respeto mi dignidad. Considero que uno de los actos de más falta de amor a nosotros mismos es cuando decimos que SÍ queriendo decir que NO, cuando prometemos por “compromiso” a sabiendas que no lo quiero hacer, que no me quiero comprometer, allí el amor y la ternura para con nosotros está olvidada.
Voltea tu mirada al mundo que tenemos; yo veo esperanza, veo posibilidad, porque sé que más temprano que tarde, desde el núcleo de nuestras familias, comenzaremos a incluir en nuestras rutinas diarias conversaciones que tienen que ver más con lo que sentimos y menos con lo que pensamos. Conversaciones llenas más de preguntas genuinas que respuestas o afirmaciones anticipadas. Preguntar primero “¿cómo estás?” antes de un “te lo dije, no estudiaste y reprobaste”. La primera conecta con la emoción, la segunda con la razón.
Mi invitación no es a que dejes la razón por completo, está aquí por y para algo esencial, sin ella no podríamos vivir como vivimos. Mi invitación es a que permitas a tu emoción hablar, que vivas, que sientas, que dejes de lado aquellos tabúes que te impiden mostrar afecto, sentir alegría, mostrarte vulnerable, pedir un abrazo, recibir el amor de otro. Hazlo y verás cómo los tuyos, tu familia, tus hijos, comienzan a hacerlo junto contigo. ¿Quieres?
Alejémonos del “deber ser” que nos ata a vivir la vida de “no sé quién” y acerquémonos a crear nuestro propio camino desde la ternura; así seguro tenderemos puentes, crearemos redes, abriremos posibilidades y haremos de nuestro mundo/hogar el espacio que ya era antes: un paraíso.
A tu servicio siempre:
Ricardo Gómez Solís
- Coach Personal y Profesional
- ricardogomez@synergialife.mx
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